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Redes: El Cerebro Masculino

Aunque hace algún tiempo ya publiqué un pequeño vídeo sobre el libro “El cerebro masculino”, de Louann Brizendine, hoy os traigo el programa completo de “Redes”, donde se estudia, analiza y comenta todo en profundidad. Referiencia obligada. 

 

Cerebro triuno: qué es y por qué debes conocerlo

cerebro triuno

El cerebro triuno

El cerebro humano es básicamente un cerebro triuno (es decir, compuesto de tres partes):  una parte animal, una parte emocional y una parte racional. Es bueno entender que en esencia, hay una parte de nuestro sistema que es prácticamente igual que el de cualquier otro animal.

El cerebro triuno (el que tenemos todos los seres humanos) consta de tres partes:

1- Cerebro reptiliano. Parte instintiva/animal.

2- Cerebro límbico. Parte emocional.

3- Cerebro neocórtex. Parte racional.

Las especies de animales surgieron todas de una primitiva especie original, de la cual hemos evolucionado todos (y el cerebro triuno es una consecuencia de ello). Esta especie de animales primitivos eran reptiles, y por eso, a esa parte de nuestro cerebro que tenemos en común con todos los animales se le llama Cerebro Reptiliano. Es decir: el ser humano tiene una parte del cerebro, llamada “cerebro reptiliano” que es prácticamente igual al resto de los animales, y que se encarga de los instintos más básicos. La diferencia con el resto de las especies es que, además, de este cerebro instintivo y primario, el ser humano tiene otras muchas áreas que le permiten ser más inteligente y evolucionado. De ahí su nombre: cerebro triuno (tiene la parte animal, más otras dos).

Estas “nuevas” áreas que el ser humano tiene y que los animales NO, son: el cerebro límbico y el cerebro “neocórtex”. El neocórtex es lo que nos da la inteligencia racional, abstracta y, consiguientemente, lo que nos permite desarrollar el lenguaje, las ideas, cálculos, etc. Y, por su parte, el cerebro límbico es el que nos da las “emociones”, como el amor, la compasión, el apego, etc.

Aunque veremos el cerebro triuno en profundidad en los artículos posteriores, es importante entender que, en esencia, todo comienza en el cerebro reptiliano, y los otros dos cerebros están, por decirlo de alguna forma, a sus “órdenes”. Es decir, que al final, todas nuestras acciones responden directa, o indirectamente a las peticiones este cerebro.

La vida en el planeta y lo que nos mantiene vivos se lo tenemos que agradecer al cerebro REPTILIANO. Éste es el que se encarga de nuestros instintos de supervivencia. Y tiene cuatro funciones básicas:

1-    Conseguir alimento.
2-    Estar sano y sin dolor ni malestar físico.
3-    Llevarse bien con los seres del entorno (otros animales, depredadores, y miembros de la misma especie)
4-    Reproducirse.

Estas cuatro funciones son las que hacen que estemos vivos e, indirectamente, son siempre las que motivan alguno de nuestros actos, aunque a veces esa relación sea muy poco obvia, y, en algunos casos contradictoria entre sí, en esencia, siempre buscan satisfacer una de estas cuatro funciones básicas de supervivencia.

Inteligencia Social de Género

Inteligencia Social de Género

Si la Inteligencia Social es la habilidad que tiene una persona de relacionarse bien con los demás… podríamos decir que la Inteligencia Social de Género sería la habilidad de relacionarse bien y entenderse eficientemente con las personas del sexo opuesto.

Los últimos estudios científicos han demostrado, más allá de toda duda, que los cerebros de los hombres y las mujeres son completamente distintos. Por si esto fuera poco, los cuerpos de ambos sexos, también son diferentes y esas divergencias estructurales hacen que, hombres y mujeres interpreten la información, se comuniquen, piensen, sientan y actúen de forma TOTALMENTE distinta.

No nos llevemos a engaño, no hay NADA que se procese, sienta o interprete igual en la mente de una mujer, que en la de un hombre. Tenemos miedos, anhelos, lenguajes, memorias y capacidades distintas. Las personas que intentan defender, inútilmente, la igualdad entre ambos sexos están, simplemente, sumidas en la total ignorancia científica.

Es por ello que para poder tener una vida plena y feliz, tenemos que ser capaces de entender y aceptar estas diferencias, porque si no, estaríamos intentando negar la realidad. Y, como todos sabemos, negar la realidad es el primer paso para fracasar en la vida.

No podemos ser felices si no tenemos una relación sana y plena con las personas que nos rodean… y mucho menos si no somos capaces de entender, hacer feliz y saber tratar al sexo opuesto. Nuestra relación con las mujeres debe basarse, ante todo, en entender esas diferencias y actuar en consecuencia, comprendiendo que las necesidades de ellas son radicalmente opuestas a las nuestras.

Es por ello que me parece básico inventar un nuevo término que nos ayude a tener claro esto: la Inteligencia Social de Género.

La Inteligencia Social de Género será, pues, la habilidad que tiene una persona de comunicarse y entender con efectividad a las personas del sexo opuesto. Es decir que, en nuestro caso, el de los hombres, sería la parte de nuestra inteligencia que se dedique a entender REALMENTE el idioma, el mundo y las necesidades de las mujeres que nos rodean.

Llega un punto en el que si esto se consigue, se estará naturalizando el proceso COMPLETAMENTE, porque ya no estaremos intentando crear efectos o resultados artificiales, sino que genuinamente seremos capaces de entender lo que ellas necesitan y tendremos herramientas auténticas y reales para generar unas interacciones de calidad.

A partir de ahora, mi trabajo se centrará en dos áreas: el Juego Interno (mi identidad como persona) y la Inteligencia Social de Género. Porque entiendo que sólo en la unión de ambos podemos encontrar un verdadero equilibrio entre nuestro potencial interior y nuestro trato con las personas del exterior.

Isaac Asimov

Hoy os traigo un vídeo interesantísimo sobre Isaac Asimov, hablando y vaticinando avances de internet y educación en el año 1988. Sencillamente asombroso.