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cerebro triuno

El cerebro triuno

El cerebro humano es básicamente un cerebro triuno (es decir, compuesto de tres partes):  una parte animal, una parte emocional y una parte racional. Es bueno entender que en esencia, hay una parte de nuestro sistema que es prácticamente igual que el de cualquier otro animal.

El cerebro triuno (el que tenemos todos los seres humanos) consta de tres partes:

1- Cerebro reptiliano. Parte instintiva/animal.

2- Cerebro límbico. Parte emocional.

3- Cerebro neocórtex. Parte racional.

Las especies de animales surgieron todas de una primitiva especie original, de la cual hemos evolucionado todos (y el cerebro triuno es una consecuencia de ello). Esta especie de animales primitivos eran reptiles, y por eso, a esa parte de nuestro cerebro que tenemos en común con todos los animales se le llama Cerebro Reptiliano. Es decir: el ser humano tiene una parte del cerebro, llamada “cerebro reptiliano” que es prácticamente igual al resto de los animales, y que se encarga de los instintos más básicos. La diferencia con el resto de las especies es que, además, de este cerebro instintivo y primario, el ser humano tiene otras muchas áreas que le permiten ser más inteligente y evolucionado. De ahí su nombre: cerebro triuno (tiene la parte animal, más otras dos).

Estas “nuevas” áreas que el ser humano tiene y que los animales NO, son: el cerebro límbico y el cerebro “neocórtex”. El neocórtex es lo que nos da la inteligencia racional, abstracta y, consiguientemente, lo que nos permite desarrollar el lenguaje, las ideas, cálculos, etc. Y, por su parte, el cerebro límbico es el que nos da las “emociones”, como el amor, la compasión, el apego, etc.

Aunque veremos el cerebro triuno en profundidad en los artículos posteriores, es importante entender que, en esencia, todo comienza en el cerebro reptiliano, y los otros dos cerebros están, por decirlo de alguna forma, a sus “órdenes”. Es decir, que al final, todas nuestras acciones responden directa, o indirectamente a las peticiones este cerebro.

La vida en el planeta y lo que nos mantiene vivos se lo tenemos que agradecer al cerebro REPTILIANO. Éste es el que se encarga de nuestros instintos de supervivencia. Y tiene cuatro funciones básicas:

1-    Conseguir alimento.
2-    Estar sano y sin dolor ni malestar físico.
3-    Llevarse bien con los seres del entorno (otros animales, depredadores, y miembros de la misma especie)
4-    Reproducirse.

Estas cuatro funciones son las que hacen que estemos vivos e, indirectamente, son siempre las que motivan alguno de nuestros actos, aunque a veces esa relación sea muy poco obvia, y, en algunos casos contradictoria entre sí, en esencia, siempre buscan satisfacer una de estas cuatro funciones básicas de supervivencia.