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Inteligencia Social de Género

Si la Inteligencia Social es la habilidad que tiene una persona de relacionarse bien con los demás… podríamos decir que la Inteligencia Social de Género sería la habilidad de relacionarse bien y entenderse eficientemente con las personas del sexo opuesto.

Los últimos estudios científicos han demostrado, más allá de toda duda, que los cerebros de los hombres y las mujeres son completamente distintos. Por si esto fuera poco, los cuerpos de ambos sexos, también son diferentes y esas divergencias estructurales hacen que, hombres y mujeres interpreten la información, se comuniquen, piensen, sientan y actúen de forma TOTALMENTE distinta.

No nos llevemos a engaño, no hay NADA que se procese, sienta o interprete igual en la mente de una mujer, que en la de un hombre. Tenemos miedos, anhelos, lenguajes, memorias y capacidades distintas. Las personas que intentan defender, inútilmente, la igualdad entre ambos sexos están, simplemente, sumidas en la total ignorancia científica.

Es por ello que para poder tener una vida plena y feliz, tenemos que ser capaces de entender y aceptar estas diferencias, porque si no, estaríamos intentando negar la realidad. Y, como todos sabemos, negar la realidad es el primer paso para fracasar en la vida.

No podemos ser felices si no tenemos una relación sana y plena con las personas que nos rodean… y mucho menos si no somos capaces de entender, hacer feliz y saber tratar al sexo opuesto. Nuestra relación con las mujeres debe basarse, ante todo, en entender esas diferencias y actuar en consecuencia, comprendiendo que las necesidades de ellas son radicalmente opuestas a las nuestras.

Es por ello que me parece básico inventar un nuevo término que nos ayude a tener claro esto: la Inteligencia Social de Género.

La Inteligencia Social de Género será, pues, la habilidad que tiene una persona de comunicarse y entender con efectividad a las personas del sexo opuesto. Es decir que, en nuestro caso, el de los hombres, sería la parte de nuestra inteligencia que se dedique a entender REALMENTE el idioma, el mundo y las necesidades de las mujeres que nos rodean.

Llega un punto en el que si esto se consigue, se estará naturalizando el proceso COMPLETAMENTE, porque ya no estaremos intentando crear efectos o resultados artificiales, sino que genuinamente seremos capaces de entender lo que ellas necesitan y tendremos herramientas auténticas y reales para generar unas interacciones de calidad.

A partir de ahora, mi trabajo se centrará en dos áreas: el Juego Interno (mi identidad como persona) y la Inteligencia Social de Género. Porque entiendo que sólo en la unión de ambos podemos encontrar un verdadero equilibrio entre nuestro potencial interior y nuestro trato con las personas del exterior.