Hoy os traigo un vídeo que quizá no tiene relación tan directa como otras veces con el crecimiento personal, pero que me parece muy interesante analizar… Es un vídeo de Hugh Jackman, uno de los hombres considerados más sexies por infinidad de mujeres que tiene una personalidad asombrosamente humana y educada. Creo que no sólo es una pose. Mi padre lo conoció unos pocos minutos hace años, y una amiga mía que trabaja en el mundo del cine coincidió con él en rodaje de varias películas. Ambos hablan maravillas de Hugh Jackman, de su educación y su gran cercanía y cariño con todo el mundo. Realmente (y por todo lo que dice la gente) creo que es tal cual aparece en las entrevistas.

No habla nunca mal de nadie… y es una persona tremendamente humana, humilde y muy alegre. No es arrogante, ni distante como otras muchas estrellas, y creo que en eso radica parte de su gran magnetismo.

Un buen ejemplo de que el verdadero valor de un hombre (la base de su éxito) no debería estar nunca en perder su parte humana y cariñosa con la gente que le rodea.

¡Muy buen fin de semana a tod@s!

P.D. Muchas gracias a Miguel por pasarme este vídeo.

Dada la buena acogida del artículo anterior. Voy a matizar un par de cosas que me parecen interesantes respecto al tema de la belleza física de la mujer.

En primer lugar, es muy importante que sepamos diferenciar entre “valorar” y “sentirnos impresionados”. Se puede valorar un buen libro, una buena conversación, una buena canción o una buena comida. Pero eso no nos impresiona. Interiormente estamos bien. Esa experiencia no eclipsa nuestros sentidos, ni nos abruma. 

Eso no tiene nada que ver con “sentirnos impresionados”. Cuando algo realmente nos impresiona y nos impacta… es porque es algo TAN nuevo y (en nuestra mente) tan valioso que nuestro cerebro sufre una especie de shock que no le permite pensar en ninguna otra cosa. No es algo cotidiano, ni normal. Se trata de un acto excepcional. Ejemplos que me parecen razonables para sentirnos así son: el nacimiento de un hijo; la primera vez que un niño va al cine; el primer día que conseguimos aprobar un examen importante; etc. Es decir, cosas excepcionales. Sentirnos impresionados es algo maravilloso que debería ocurrir naturalmente cuando descubrimos algo nuevo verdaderamente importante en nuestra vida. 

Ahora bien: ver a una chica guapa (por mucho que lo sea) NUNCA DEBERÍA ESTAR EN ESTA CATEGORÍA. Una mujer atractiva no es algo que nos “pase” a nosotros. Es una cosa externa que estamos viendo y no tiene mucha relación con nuestra vida aún. Entiendo que nos impresione conocerla como persona en su conjunto. O incluso entiendo que una primera relación sexual preciosa e increíble pueda dejarnos impresionados por unos instantes. ¿Pero conocerla? Conocer o ver a una chica guapa nunca debería hacernos sentir así. Eso es tan ridículo como si nos dejara impresionados ver un pastel en una tienda antes de comérnoslo.

Algunos lectores han preguntado si esto quiere decir que no podemos decirle a una chica que nos parece atractiva. Todo lo contrario. Piropear a una chica o incluso hacer “directo” desde el principio puede ser algo estupendo, siempre que lo hagamos desde una “valoración” y NO desde “sentirnos impresionados” por su belleza. 

Si hoy por hoy, tu mente no está muy acostumbrado a ver chicas atractivas puede que, cuando vea una, se eclipse un poco. Vale. Entonces, te sugiero una cosa: relaciónate más con mujeres. Y no para conseguir sexo con ellas. Tu mente necesita verlas como algo normal. Si una chica te impresiona por su físico, es claramente debido a que no tienes mucha experiencia (de ningún tipo) con ellas. Métete en su mundo. Céntrate en ver el mundo femenino como algo natural más allá de que sean atractivas o no. Lee revistas de chicas, busca amigas por internet, empieza saliendo a conocer mujeres con las que simplemente tengas amistad, pide ayuda a tu hermana, tu prima o tu cuñada, apúntate a clases de salsa y haz todo lo que se te ocurra que te permita ir viendo, poco a poco, como algo normal, el estar rodeado de mujeres de todo tipo.

Repito que considero que es positivo que estés con chicas que te atraigan físicamente. Pero tu vida no va a ser completa ni feliz si eso es lo único que te importa de ellas.

En mi primer libro (La Anti-Seducción) hablaba de la importancia de tener una actitud calmada y tranquila frente a la belleza femenina. Es un tema del que poco se habla en el mundo de la seducción y que creo que merece la pena tener en cuenta. El físico de una mujer puede ser algo fascinante para un hombre, pero es de las últimas cosas que deberíamos tener en la cabeza cuando hablamos con ellas. 

En primer lugar, y ante todo, la mujer que tienes delante es una persona. Con emociones, sentimientos, ideas y experiencias. Merece la pena empezar conociendo esa parte de su personalidad primero.

En segundo lugar, ellas están hartas de que nosotros sólo estemos pendiente de lo muy o poco atractivas que son… y es muy patético ver que un hombre altera su estado de ánimo por el simple hecho de ver una mujer guapa. Esto es igual de ridículo como si nos pusiéramos a tono por ver un coche de lujo. Una cosa es que nos gusten los buenos coches y que los valoremos (lo cual es positivo) y otra muy distinta que eso altere nuestro estado de ánimo. Se nota a la legua cuándo nos impresiona su belleza… y cuando simplemente la “valoramos” como una cualidad más de todas las que tiene la persona que tenemos delante. Y ella no va a valorar positivamente lo primero, te lo aseguro.

Y, por último, centrarnos sólo en su belleza nos va a impedir hacer lo más importante: disfrutar. La velada es mucho más aburrida si toda nuestra atención está en su atractivo físico, que si nos centramos en divertirnos con su compañía, conocerla bien como ser humano, gastar bromas y hacer cosas interesantes. Su belleza no debería ser un imán para nuestra atención, sino un condimento positivo a una interacción fascinante por su fluidez y conversación.

Como siempre digo, que una mujer nos guste físicamente es necesario, pero no suficiente. Y nunca deberíamos quedarnos ahí.

Además, centrándonos sólo en su belleza le estamos dando todo el poder sobre nosotros, porque haga lo que haga, tendremos interés en ella. Mientras que si mantenemos una actitud “examinadora” (como bien dice Egoland), y nos interesamos por conocer qué hay más allá de esa apariencia, la balanza estará equilibrada y ambos participaréis con la misma actitud.

Esto no quiere decir que finjamos que su belleza no nos impresiona. Ni tampoco quiere decir que hagamos el infantil acto de insultarla suavemente para bajar su autoestima. Me refiero al natural y bello acto de ver más allá de su físico. Y empezar conociendo a la persona.

Hoy os traigo un vídeo precioso sobre cómo, una vez más, se pueden transgredir y superar las barreras que aparentemente tenemos impuestas al hacer las cosas.

Merece la pena reflexionar sobre cómo nos limitamos una y otra vez con creencias que no son útiles, ni nos hacen ser felices. Cuestionémoslas, siempre.

¡Muy feliz fin de semana a tod@s!