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Estudiar suele ser la solución a casi todo en esta vida, pero no se trata de leer cualquier cosa, ni de cualquier manera. Mucha gente reniega de las lecturas por los siguientes motivos:
1- Han leído mucho y se han hecho un lío con tanta información. Ya no saben qué tienen que hacer, ni por dónde empezar.
2- Conocen a alguien que lee mucho (a veces incluso ellos mismos) y no ha avanzado nada porque no se ha decidido a practicar, con lo cual hay una descompensación total entre teoría y práctica (a favor de la primera). A esto se le llama “parálisis por análisis” y es un mal contra el que claramente hay que luchar. Pero no se consigue a base de leer poco, sino de equilibrar ese estudio con la práctica. Ni blanco, ni negro: gris.
3- Asocian el estudio con la figura del “empollón” (nerd) con nulas habilidades sociales.
Pues bien, estos mitos, prejuicios y malas conclusiones acerca de la lectura y el estudio hay que eliminarlos ya y renovar la forma de enfocar el aprendizaje. Ya que, sin estudiar, es IMPOSIBLE mejorar consistente y contundentemente. Pero no se trata de leer/estudiar mucho, sino de elegir bien qué y cómo hacerlo.
Para ello, merece la pena tener en cuenta lo siguiente:
1- No se trata de leer mucho, sino de leer cosas BUENAS. No vale lo mismo leerse veinte libros malísimos que uno buenísimo. En uno buenísimo, seguramente encontrarás la clave de casi todo, mientras que en veinte malos, no harás otra cosa que marear la perdiz y no sacar nada en claro. Para encontrar esos pocos libros que realmente contengan el conocimiento que tú estás buscando: pregunta. Pregunta a tus amigos, pregunta a  los expertos, pregunta en internet (foros, facebook, etc.)… y ojea los libros antes de leerlos para estar seguro de que vas a leer algo que realmente te interesa. 
2- Lee cosas que vayan con tu estilo. Si lees algo que aborde el tema desde un enfoque que no va con tu estilo, tus principios o tu forma de ser… quizá no te motive suficiente para cambiar y mejorar. No pasa nada. Busca más y encuentra algo que te motive más.
3- Estudia por monográficos. No leas todo de golpe. Entra en los temas de uno en uno. Si tú, por ejemplo, quieres mejorar tu relación con las chicas… no vas a poder hacerlo todo de golpe. Tendrás que ir mejorando cada cosa poco a poco. Si ves que fallas en las “aperturas”, pues estudia monográficos de eso. No leas de nada más hasta que eso no lo domines.
4- No hace falta leer libros enteros. Siguiendo con el ejemplo de las aperturas, si quieres mejorar esa área… quizá no encuentres libros completos sobre este tema. Da igual. Puedes leer capítulos sueltos en los que se hablen sobre aperturas en varios libros diferentes. 
5- Combina las lecturas con la práctica. Todo lo que leas y te cuadre, practícalo. Una vez más, si lees un capítulo que da varios consejos sobre la apertura… practícalos, chequéalos y asiéntalos antes de seguir leyendo. No permitas que tu cerebro descompense el aprendizaje hacia la teoría ni la práctica. Tiene que haber un equilibrio.
6- No pases a lo siguiente hasta dominar lo anterior. Si no dominas aún las aperturas, tranquilo. No corras. Dale a tu cerebro el tiempo necesario para que interiorice el conocimiento. No pases de nivel hasta ser un “maestro” del anterior.
Siguiendo estos consejos, te aseguro que tu ritmo de aprendizaje crecerá exponencialmente.
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