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Hoy voy a hablar de un concepto que me parece imporatantísimo y que acabo de bautizar como: el espejo de género.Algo que veo a menudo es que para tener éxito con las chicas hacemos lo que nos gustaría a nosotros. Y muchas veces no es la mejor solución porque los sexos no somos iguales..
Es decir, que uno se levanta y piensa: como a mí me gusta mucho que la mujer tenga buen cuerpo, el secreto para gustar a las chicas será, invariablemente, ponerme guapo y tener buen físico. Error. Porque el culto al cuerpo es algo que valoramos más los hombres que las mujeres. Esto no quiere decir que a las mujeres no les guste un hombre con buen físico, sino que le dan a eso menos importancia que nosotros.
El espejo de género consiste en imitar el comportamiento que nos gusta en el sexo opuesto, pensando que así tendremos éxito con las mujeres (si eres hombre) o con los hombres (si eres mujer). El espejo de género queda muy bonito para demostrar la igualdad. Pero eso es una falacia porque la igualdad no existe. El hombre y lo mujer son iguales en derechos y obligaciones, pero NO son iguales estructural, social y emocionalmente. Como mucho, seremos equivalentes.
Ejemplos del espejo de género del hombre hacia la mujer serían:
– Ponerse camisetas con escote y enseñando mucha carne.
– Tener una actitud suave y complaciente, para no dar problemas.
– Darle tanta importancia al físico propio.
– Ser borde al principio para marcar las distancias.
Estas son cosas que a los chicos nos encanta que hagan las chicas. Claramente una mujer que tenga muy buen físico, que vista de forma llamativa y sexy y que sea un poco altiva al principio (un poco solo, no os alarméis) tendrá muchísimo éxito, estadísticamente hablando, para gustar a los hombres. El problema es que eso NO ocurre igual en los hombres. Si hacemos ese tipo de estrategias tan asociadas con la feminidad y estamos más pendientes de nuestro físico que de nuestra actitud y nuestra realidad poderosa, las chicas perderán la atracción por nosotros.
Y todo ello será debido al ESPEJO DE GÉNERO.

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