Seleccionar página

Está confirmado: llamar e insistir son dos principios que funcionan. A raíz de los artículos que publiqué en las últimas entradas del blog no hacen más que llegarme comentarios de amigas mías diciéndome que EFECTIVAMENTE esa actitud es la clave.

Ayer mismo, tomando algo con un grupo de amig@s… salió el tema de conversación y dos amigas mías se pusieron a afirmar efusivamente que las llamadas y que el chico no tenga problema en insistir (siempre de una forma NO-NECESITADA) era algo que valoraban mucho, que CLARAMENTE funcionaba y que les hacía coger confianza muy rápido.

Parece ser que los chicos pecamos muchísimo de ser poco comunicativos y ir sólo a cosas de resultados: conseguir quedar, conseguir sexo, etc. Y no dedicamos tiempo a llamar y estar “ahí”. Esa actitud que combine llamar y no tener miedo de, cada equis tiempo, mantener una persistencia no necesitada parece ser algo que claramente funciona.

También a raíz de los últimos artículos, amigos míos han empezado a llamar más y probar más todo este tema y hemos presenciado cómo se rescataban interacciones que parecían TOTALMENTE fracasadas. Incluso yo mismo me he sorprendido.

Así que yo me pregunto: ¿qué tenemos que perder? ¿Hay algo peor que el NO? Si ante la opción de llamar, la alternativa es no hacerlo y perder la interacción. ¿Por qué no llamar y probar? Insistir no puede nunca ser peor que no hacer nada.

Pero como siempre, dentro de un equilibrio. Y una vez más, esta es una de las complicaciones de la vida: si llamamos mucho o insistimos demasiado, estaremos mostrando necesidad y debilidad, pero si lo hacemos demasiado poco, se nos verá el miedo y la incapacidad de luchar por lo que queremos ¡A encontrar el equilibrio pues!

Si te interesa saber más sobre mi forma de pensarvisita mi página web