Seleccionar página

El otro día presencié una situación de lo más interesante. Estaba con un amigo mío por la Latina (barrio madrileño) dando un paseo y nos encontramos, por casualidad con una chica que a él le gusta y con la que ha tenido un par de citas. El caso es que la chica fue con nosotros bastante seca y algo borde. Mi amigo extrañado se quedó pensando y al no entender qué estaba pasando, ya que, aparentemente las citas habían ido muy bien, me preguntó por mi opinión.
Después de hacerle un par de preguntas, me apresuré a decirle que seguramente le habría faltado sexualizar , o que, en todo caso, quizá hubiera jugado flojo a “la contra” (que es como yo llamo al tema de demostrar que tenemos una realidad poderosa). Estuvimos dándole vueltas al tema casi dos horas y de pronto… nos volvimos a cruzar con la chica por segunda vez. Así que le animé a que hablara con ella y le preguntara qué es lo que había pasado antes, porque aún con todo lo dicho anteriormente, la situación no tenía mucha lógica.
Al cabo de un rato vuelve mi amigo y me dice que la chica estaba enfadada con él porque no la había vuelto a llamar. Sí, ya sé, que esto parece algo típico. Pero es que mi amigo la contactó esa misma semana por Facebook y por whatsapp y le dijo de quedar ¡Y no sólo le dijo de quedar, sino que ella le dijo que no podía!
Visión de él: no la llamo para no parecer un pesado. Simplemente le propongo quedar de forma casual por Facebook y Whatsapp y la chica me ha dicho que no. Es que no tiene interés. No sé qué ha podido salir mal. Me frustro.


Visión de ella: este chico me encanta y quería que me hubiera llamado. Pero ha resultado ser como todos los demás: un chico que no tiene interés y sólo quiere jugar conmigo. Su forma de contactarme es sólo por cortesía pero no le gusto realmente. Me enfado y voy a ser borde con él.

Os aseguro que aún estoy perplejo.
Así que yo me planteo las siguientes conclusiones:
  1. ¡Cuántos problemas entre hombres y mujeres serán por simples problemas de comunicación y no nos damos ni cuenta!
  2. En caso de duda, es mejor ser sincero y hablar de lo que uno piensa/siente, porque esa es la única manera de que las cosas se puedan solucionar. En vez de estar pensando lo que la otra persona pueda estar pensando de lo que nosotros pensamos, es mejor simplemente expresar lo que sentimos.
  3. Las chicas tienen tantas inseguridades como nosotros o incluso más. Os aseguro que flipé en colores cuando supe que la chica (que por cierto era súper atractiva) pensaba que mi amigo pasaba de ella.
  4. Aparentemente, para las mujeres es muy importante el tema de que las llamemos. Y yo soy el primero que fallo en esto, porque nunca lo había visto como algo TAN importante. Así que, habrá que llamar más.

En fin… la vida te sorprende.

Si te interesa saber más sobre mi forma de pensarvisita mi página web