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A menudo nos encontramos ante la situación de que una mujer que es especial para nosotros tiene un problema que le hace estar indefensa, triste y/o preocupado. Los hombres somos muy buenos resolviendo problemas pero no siempre sabemos cómo ayudar a una mujer desanimada o preocupada, porque los cerebros de hombres y mujeres funcionan de forma diferente.
Cuando una mujer está triste o frustrada y decide abrirse a nosotros contándonos el problema… normalmente NO suele hacerlo para que le demos una solución o para que arreglemos el problema.
La inmensa mayoría de las veces simplemente querrá sentirse escuchada y arropada, sintiendo que estamos ahí para cuidarla y darle cariño. Los hombres, por el contrario, cuando nos cuentan un problema no podemos evitar intentar dar soluciones, porque es nuestra forma de ayudar, pero ellas no esperan eso de nosotros, así que, cuando una mujer muestre vulnerabilidad, indefensión, tristeza o preocupación, por norma general, yo recomiendo hacer lo siguiente:
  1. Escuchar. Ella no quiere que hables, quiere que escuches.
  2. Ponerte en el lugar de ella y empatizar todo lo posible.
  3. Centrarte en su problema emocional (sus emociones) y no en el problema real que le preocupa.
  4. Preguntar e interesarte por los detalles. Cuanto más consigas que ella hable de lo que le preocupa, mejor, porque las mujeres, simplemente con hablar del problema y expresar las emociones sienten un alivio tremendo.
  5. Abrazarla y darle cariño físico. Esto es obligatorio si está triste y/o llorando. El abrazo es el contacto físico que más placer, bienestar hormonal y paz interior genera en el cuerpo humano. Esta es la parte más importante del proceso. Dale cariño físico. Cuídala. Abrázala y olvídate de la parte racional. Céntrate en darle protección física.
  6. Decirle que entiendes que se siente así y que sientes que esa sea la situación.
  7. Animarla de forma positiva.
Sólo debemos ayudarla a solucionar el problema si ella lo pide directamente. Si no, por norma general, es mejor evita pasarnos de listos dando soluciones. Ella no quiere que resolvamos sus problemas, ni que le demos soluciones. Ella quiere sentirse cuidada, querida y protegida.
Teniendo eso en mente, la estamos ayudando muchísimo más que si nos ponemos a hacer de terapeutas/solucionadores de problemas.
Así que recuerda, escucha y da cariño físico…. Y olvídate de intentar resolver sus problemas.