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Ya dijimos en el artículo de la semana pasada que la escalada tiene que ser como echar sal al cocinar. Es decir, que hay que hacerse pocas veces, pero cuando se haga hacerlo bien y sin miedo.

También explicamos que la tensión sexual precisamente hay que crearla cuando NO VIENE A CUENTO. Cuando ella no se lo espera, siendo capaces de acelerar su corazón un poco por el susto y pillándola desprevenida.

Pues bien, hoy voy a poner algunos ejemplos para dar ideas de cómo hacer esto. Tened en cuenta que la escalada debe hacerse siempre en momentos en los que ella esté confiada y cómoda hablando de OTRA cosa y que NO se espere para nada nuestro comentario. Y una vez dicho el comentario, o hecho el acto de escalar (cogiéndola la mano, besándola los labios, el cuello o lo que sea) hay que volver a cambiar de tema y seguir como si nada. Si nos regodeamos en la escalada estaremos demostrando necesidad de nuevo. Veamos algunos casos:

  • Ella está hablando de su trabajo y nosotros la interrumpimos y decimo: “Marta, ¿tú eres consciente de que con esa sonrisa, ese maravilloso escote y ese despampanante vestido no hago más que mirarte los labios y desconcentrarme? Me vas a tener que repetir lo que me acabas de decir del trabajo…”
  • Lleváis un rato hablando en la barra y ella va al baño…cuando vuelve, te levantas decidido, la coges de la mano y le dices: “Vamos a bailar”. Y vas de la mano con ella hasta la pista de baile.
  • Estáis en un grupo de amigos y llevas un rato hablando con todo el grupo si hacer especial caso a la chica que te gusta. Ella cree que no tienes interés en ella. En ese momento te acercas, la agarras de la cintura y le susurras al oído: “Estás preciosa”. Acto seguido le besas el cuello (o la mejilla).
  • Estás en una cita con la chica. Habéis ido a ver una película y a tomar un café, tú has actuado de forma tranquila y despreocupada…ella no está segura de si tú quieres algo con ella o no. Mientras dais un paseo, paráis en un paso de cebra. Y en ese momento la agarras de la cintura y suavemente le das un beso en los labios.
  • Ella te está contando un problema con una amiga suya. Su preocupación tiene un toque de ingenuidad. En ese momento le dices: “Eres una monada”. Y le das un beso en la mejilla o en la frente.

Como puede verse en los ejemplos, no se trata de ser unos babosos y de estar todo el rato detrás de ella. Se trata de ir haciendo pequeños grandes avances, de forma muy decidida y Alfa, en momentos claves en los que ella esté “despistada” haciendo o diciendo otra cosa sin que pueda esperárselo o preverlo.

Esta actitud refuerza en ella la imagen de que somos chicos imprevisibles, aventureros y decididos, que van a por lo que quieren en la vida. Y también las saca de la rutina. Ser predecible es lo PEOR que podemos hacer para gustar a una chica, así que, recuerda. Sé paciente, compórtate normal…y a medida que ella esté confiada y despistada…escala y hazlo de forma decidida e impredecible.