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La mejor manera de que alguien haga lo que queremos, es hacerlo nosotros primero. Esta es una regla básica del liderazgo: hay que predicar con el ejemplo.

Lo que NO va a ocurrir, es que una mujer se ponga a hablarnos de sus emociones por las buenas sin haber hecho nosotros nada por incentivarla o hacerla sentir a gusto.

Si queremos que hable de ella tendremos que hablar primero nosotros. Esto es lógico. Ella no nos conoce de nada, desconfía y está a la expectativa. Tarea nuestra es demostrar que somos gente simpática y normal y que ofrecemos un clima de confianza y “buen rollo” en el que expresarse. Para esto, nada mejor que HABLAR primero.

Es decir, que si vemos que ella no invierte y queremos que, por ejemplo, nos hable de su trabajo. Será estupendo comenzar desde la perspectiva del yo (para saber más puedes leer “La perspectiva del yo”) con algún comentario del tipo:

  • “Estoy animado esta noche, porque hoy he estado trabajando todo el día y he sido MUY productivo….estoy orgulloso de mí mismo, la verdad es que si te organizas da tiempo para MUCHAS COSAS”.
  • “María, si alguna vez eres hombre…no te recomiendo que intentes escribir un e-mail a la vez que estudias inglés, esta mañana casi le mando a un cliente el “present perfect” en un e-mail. A veces envidio os envidio a las mujeres…que podéis hacer dos cosas a la vez.”
  • Hoy he visto la luz. Quiero ser millonario. Lo tengo claro…en serio…ahora tengo que pensar cómo…he pensado poner una peluquería canina. ¿Tú crees que eso dará dinero? A ver, aporta ideas”.

Si presentamos el tema de conversación con introducciones como esta, INEVITABLEMENTE estamos incentivando mucho a la otra persona a que también aporte y nos cuente sus cosas, porque nosotros lo hemos hecho primero. Como dije al principio del artículo, hay que predicar con el ejemplo.

No me cansaré de repetir que la inmensa mayoría de las mujeres tienen inseguridades y miedos como TODO EL MUNDO. Por ser mujeres no son ni más Alfa, ni más seguras, ni más abiertas que nosotros. Si en la población masculina, la mayoría de los hombres son “fruscos”, en la población femenina también.

Así que, lo más probable es que, cuando una mujer no hable, en el fondo sea porque no sabe qué decir, porque tiene miedo al no conocernos de nada, o porque tiene pocas habilidades sociales. NO es frecuente que su falta de inversión sea por altivez. A veces ocurre, pero NO es lo normal. Lo más común es que sea debido a una falta de inteligencia social y habilidades de comunicación.

Es por ello que tenemos que ponérselo fácil y demostrar que no somos chicos raros. Que no vamos a generar silencios o situaciones incómodas y que somos capaces de generar un clima de conversación divertido, emotivo e interesante.

Si ella no invierte, hazlo tú primero.