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Como dije en el artículo anterior…un buen conversador es aquel que sabe centrar la conversación en la otra persona. Y hay algo aún más poderoso que hablar de la otra persona: que la otra persona hable de sí misma.

El arte de conseguir que los demás hablen de sí mismos es una capacidad que depende de muchas cosas que merecen la pena ser aprendidas. En estos artículos veremos varias de ellas.

Hoy empezaremos por un pequeño truco que, seguro que os resulta de bastante utilidad.

Como muchos de vosotros os habréis podido imaginar…algo básico para que la otra persona hable de sí mism@ es ESCUCHAR. Y para escuchar es muy importante CALLARSE. Sí, sé que muchos pensaréis que esto es un obviedad, pero no lo es para nada. Es más, podría decir que uno de los MAYORES errores que cometemos los hombres es NO escuchar. Esto no sólo lo digo yo…si hacéis memoria…es una de las constantes quejas de las mujeres hacia los hombres. Que no las escuchamos. Y suelen tener razón.

Pues bien, para conseguir escuchar…hay dos reglas que seguir en una conversación:

  1. Nunca cortar NUNCA a nuestro interlocutor cuando esté hablando. No cortéis a las pobres chicas a mitad de conversación. Lo que importa no es que vosotros seáis brillantes en vuestros comentarios. Es mucho más importante que ella sea vuestra princesa y que os cuente todas sus cosas y se abra a vosotros intentando gustaros. Así que JAMÁS cortéis a una chica cuando esté hablando, a no ser que sea cuestión de vida o muerte. Y si lo hacéis…siempre pedid disculpas y decidle que continúe con lo que estaba contándoos.
  2. Cuando ella se calle, hablad. Después de hablar, preguntad. Y después de preguntar, CALLAD de nuevo. Dejad SILENCIOS. Muchas personas son tímidas e introvertidas y no van a hablar si no les dejamos “margen”. Al principio contestará con monosílabos y se irá soltando, poco a poco. Es muy importante que esa persona note que tiene espacios de silencios para rellenar con sus ideas y palabras.

Esto no es una ciencia exacta. Es más bien un arte. Si dejamos demasiado espacio en silencio y la otra persona no dice nada, eso será raro y puede ser violento. Pero si no dejamos espacio, la otra persona no se animará a explayarse. Es un equilibrio.

Hay que permanecer en silencio durante un par de segundos, siempre que la otra persona termine de hablar. Para que ella sienta que estamos escuchando y que esperamos de ella que realmente nos cuente sus cosas. Si vemos que contesta con monosílabos también es un buen recurso mirarla en silencio con cara de “estoy esperando a que sigas” y que ella note que tiene que invertir más y que la estamos escuchando.

Pero lo que jamás debemos hacer es estar ansiosos por evitar los silencios. No debemos contestar rapidísimo cuando ella termina de hablar. Dejemos espacios en blanco para que ella participe. Y cuando ella hable, por supuesto, escuchémosla.