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Viendo el interés que está suscitando el tema de las diferencias entre las interacciones nocturnas y diurnas voy a escribir un par de artículos más sobre el tema, a modo de mini-sección.

La seducción cada vez más, y por desgracia, se asocia exclusivamente con la vida nocturna. Pero la vida nocturna es una imagen distorsionada y exagerada de la vida real y de las verdaderas interacciones entre hombres y mujeres. Ni los hombres son, en su vida diaria, tan pesados, invasivos y maleducados como lo son por la noche. Ni las mujeres son tan ariscas, altivas, bordes y fulminantes como cuando las conocemos en una discoteca. Estamos, simplemente, presenciando una actitud fuera de contexto.

En nuestra vida funcionamos por estados. Cuando yo me entero de que mi perro ha muerto, de repente estoy triste. Y no sólo triste. Estoy extraordinariamente triste. Si alguien me conociera en ese momento y no supiera que se acaba de morir mi perro, pensaría que está ante una persona depresiva. Si, por el contrario, a una persona depresiva le tocara la lotería, estaría EXCESIVAMENTE contento. Y si alguien conociese a esa persona en ese momento, se llevaría la sensación de estar ante una persona alegre, sin ser cierto.

Lo mismo ocurre con la sensación que nos llevamos de las chicas por la noche. Una chica por la noche, goza de un estado de abundancia, éxito y autoestima que NO ES REAL. Es todo producto de un ego inflado momentáneamente, por causas que NO tienen nada que ver con su autoestima real. Del mismo modo que el depresivo está contento al tocarle la lotería…las mujeres por la noche, gozan de una autoestima inflada momentánea y etérea que desaparece con mucha rapidez en cuanto las conocemos en más profundidad.

La educación tradicional CASTRA nuestra positividad natural, nuestra autoestima natural y nuestra creatividad y Juego Interno. Los niños son muy Alfas. Pero esos mismos niños, de mayores ya NO lo son. Y esto afecta en igual proporción a hombres que a mujeres. La única diferencia es que cada sexo centra sus carencias e inseguridades en áreas distintas de sí mismos.

Si yo cogiera a un frusco, y le observara en su fiesta de cumpleaños…ese día que estuvo “sembrado” y con mucha energía…podría cometer el error de pensar que ese chico tiene una seguridad apabullante en sí mismo. Y me estaría equivocando. Del mismo modo que cuando veo a una mujer atractiva en una discoteca y la veo excesivamente confiada, me estaré equivocando, en la mayoría de los casos, si lo interpreto como auténtica seguridad en sí misma.

¿Cuál es el problema? Que cuando una persona tímida intenta superar sus miedos a la hora de hablar con mujeres…empieza intentándolo por la noche (porque es lo más común) y en seguida se desmoraliza pensando que todas las mujeres atractivas son DIOSAS inaccesibles que jamás van a fijarse en un chico como él. Lo que ese chico no ha tenido en cuenta es que este falso endiosamiento producto del entorno es totalmente etéreo y falaz… y que se derrumba con mucha facilidad en cuanto conocemos un poco a esa persona. Jamás juzguéis a una mujer por los 10 o 15 minutos de interacción. Especialmente si es por la noche.

Hay hombres fruscos en la misma proporción que mujeres fruscas. La única diferencia es que por la noche, estamos en un entorno que favorece que ellas NO lo parezcan.