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La Santa Doctrina de la Seducción repite una y otra vez que debemos proyectar una gran personalidad…una y otra vez nos repiten que no debemos “perder” valor y que no podemos permitirnos bajar la guardia. Todo esto se resume en tener una actitud Alfa.

Algo de razón tienen. Si la chica no nos ve con rasgos Alfa, es complicado gustarla. Pero claro, la pregunta es…¿somos realmente Alfa? ¿Realmente nos estamos preocupando de que nuestra vida sea plena e interesante? ¿Nos dedicamos a lo que nos hace felices? ¿Nos divierten las cosas que hacemos?

La vida no sólo es seducir mujeres…no se puede ser Alfa si no se trabaja en todas las áreas de nuestra personalidad. Y nuestra valía no será tal si no conectamos todos los puntos. La meta de nuestra relación con las chicas debería ser la felicidad. ¿Qué sentido tiene ligar con cientos de mujeres si somos más desgraciados que antes? ¿Qué sentido tiene todo esto si las chicas con las que estamos no nos llenan o si para nosotros las chicas son sólo números que hacen que cada vez estemos más obsesionados?

Algo que NO nos enseñan los libros de seducción es cómo compaginar nuestra relación con las chicas con una vida feliz. No nos enseñan a NO obsesionarnos. No nos enseñan a ser generosos ni a tener amigos, ni a ser personas nobles. No nos ayudan a utilizar nuestro crecimiento en toda nuestra vida. No nos dan casi ningún consejo que sirva nada más que para seducir mujeres.

Es un conocimiento aislado, específico y frío. Esto no quiere decir que no se pueda teorizar, o aislar ciertas teorías concretas. Pero ¿por qué no se engloba todo eso en un proyecto de vida? ¿Por qué la “seducción” se empeña en ser tan poco natural, tan oculto, tan poco normal?

La Santa Doctrina nos enseña a incorporar un “modo seductor” en nuestra personalidad que de repente encendemos y el resto del día apagamos. Eso no es vida. La vida no es un interruptor que nos haga fingir algo que no somos. Y cualquier chica que sepa eso, al final perderá el interés en nosotros.

Cualquier mujer, al margen de su atractivo, quiere tener a su lado una persona con ciertos valores, educada, respetuosa, que tenga una vida interesante, que no esté obsesionado por ligar y que entienda lo que necesita. Alguien emprendedor, y con las ideas claras. Alguien realmente poderoso que tenga una realidad fascinante de la que realmente merezca la pena formar parte.

¿Realmente soy el único que se da cuenta de que todo esto está muy mal enfocado?