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En mi relación con las mujeres he pasado momentos buenos y malos, pero hay una cosa de la que me siento muy afortunado. Y es el hecho de haber estado toda mi vida rodeado de hombres con un éxito arrollador con las mujeres. Antes de entrar en el mundo de la seducción, conocí a muchos “naturales” a través de mi entorno social y, más tarde, cuando entré en la comunidad de seductores, he tenido la gran suerte de conocer y salir con prácticamente todos los buenos seductores de España. Algo que sin duda aprecio muchísimo, porque me ha ayudado a tener una visión bastante amplia y objetiva de las interacciones entre hombres y mujeres.

Hasta el día de hoy, no he conocido NINGÚN seductor que haga nada ni remotamente parecido a ningún otro. De hecho, diría que si tienen algo en común, es precisamente el hecho de que no tienen nada en común.

Unos hacen directo, otros indirecto; unos con rutinas, otros sin rutinas; unos crean tensión sexual, otros parecen inofensivos; unos tocan desde el principio, otros no tocan a la chica prácticamente hasta que están en la cama con ella; unos hablan mucho, otros no hablan nada (tengo un amigo que solo mira, y nadie sabe cómo, tiene un éxito asombroso); unos se arreglan mucho, otros van hechos un desastre…pero todos, sin excepción tienen un éxito abrumador.

¿Por qué? Porque en ellos es congruente. Hagan lo que hagan, aún siendo opuestos unos de otros, están siendo congruentes con su personalidad. Lo que es coherente y natural en una persona, puede ser totalmente incoherente en otra.

No hay métodos mejores, ni peores. Eso depende de cada cual. Y no hay tampoco un método infalible. Porque cada uno tiene que encontrar su método y su estilo en función de su forma de ser. Eso es lo realmente Alfa y atractivo.

Otra cosa que comparten todos los seductores es que todos tienen un “tipo” de chica al que siempre gustan. Y el éxito está en que ese tipo de chica es, precisamente, el tipo de chica que a ellos les gusta.

Yo, por ejemplo, soy un negado para ligarme a chicas góticas. En cambio con una artista o con una estudiante de matemáticas, es probable que tenga bastante más éxito. ¿Por qué? Porque son de mi “rollo”. Al fin y al cabo son de mi tribu. Yo no soy de la tribu gótica y nunca lo seré. Intentar tener éxito en esa tribu es como si un cirujano de corazón se pusiera a trasplantar un hígado. Un cirujano de corazón podrá hacer cirugía menor en el estómago (al igual que yo, alguna vez, he podido gustar a una gótica), pero una cirugía complicada de estómago debería hacerla un especialista digestivo, no un cardiólogo.

Algo que se olvidan de explicar en los cursos de seducción es la importancia de encontrar tu “estilo”, tu “rollo”, tu “tribu” y lo que es más importante: tus propios recursos y herramientas. Porque NO todo funciona para todo el mundo.
Es lógico que los profesores te enseñen lo que ellos dominan. Lo cual está muy bien. Pero el problema es que la mayoría asume que el resto de teorías está mal y ahí es donde se equivocan. Dos métodos totalmente opuestos pueden funcionar, aún siendo aparentemente contradictorios. Y ahí está precisamente la magia. Todo funciona. Todo vale, si es congruente con uno mismo.

Se puede decir mucho acerca de este tema, pero hoy, lo resumiré todo en una palabra: CONGRUENCIA.