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El chiste del gato


Mi madre me contó hace años un chiste que decía así:
“Un hombre se queda tirado en la carretera por un pinchazo en una rueda a media noche… y se acerca a una casa con luz que ve a lo lejos para pedir un “gato” para poder cambiar la rueda. A medida que se acerca a la casa empieza a pensar que quizá el dueño de la casa no va a estar de humor para atenderle… o que quizá no tiene gato… o que puede tener gato pero no querer dejárselo. Se da cuenta de que es probable que esté dormido y que se enfade al ser despertado en mitad de la noche… e incluso le insulte. Mientras sigue caminando, el conductor del coche empieza a enfadarse y a recrear en su cabeza la discusión hipotética que tendría con el dueño de la casa, y lo que le respondería en caso de que efectivamente le abriera la puerta de mala gana… tanto se enfada de pensarlo que cuando llega a la casa y llama al timbre, y el dueño de la casa abre la puerta, antes de que pueda decir nada, el conductor le dice:
          ¿Sabes qué te digo? ¡¡Que te metas el “gato” por donde te quepa!!”
La moraleja del chiste: no te enfades por cosas que aún no han pasado, o por cosas de las que no estás seguro.
Pues bien, me parece importantísimo tener esta moraleja en cuenta a la hora de afrontar nuestra relación con las mujeres. Muchos de los errores que cometemos interactuando con el sexo opuesto se cometen por intentar “prevenir” situaciones desfavorables que están sólo en nuestra cabeza y que son irreales.
Por ejemplo:
  • Ser seco y estar a la defensiva al iniciar una conversación con una chica muy atractiva en una discoteca porque asumimos que va a ser borde. ¿Qué culpa tiene la chica? Es muy probable que sea encantadora. Y no nos favorece en nada juzgarla negativamente.
  • Tardar en contestar un mensaje de texto para hacernos los interesantes y “bajarle” los humos, cuando ella está respondiendo bien y no hay indicios de que tenga los humos altos.
  • Enfadarnos cuando nos cancela una cita por asumir que está jugando con nosotros, cuando lo más probable es que de verdad no pudiera ir.
  •  No entrar a un grupo de chicas que nos gusta porque asumimos que van a ser altivas. O ser borde con ellas cuando nos las presenta un amigo, para que no se puedan reír de nosotros.
Como siempre digo, la vida debe ser un equilibrio. No se trata de regalarlo todo, ni tampoco de no dar nada de nada por asumir que la gente nos va a responder mal. El objetivo es ser capaz de dar cariño, cercanía y el beneficio de la duda, teniendo una pequeña tendencia a ser positivo y optimista, sin permitir que se aprovechen o rían de nosotros.
Así que recuerda: no te enfades por cosas que no están pasando y ante la duda, sé positivo, agradable y cariñoso. Estadísticamente hablando, esa actitud te dará muchísimos más resultados buenos.

Oscar Pistorius

Aprovechando los Juegos Olímpicos de Londres 2012 hoy os traigo un vídeo bastante de moda, sobre Oscar Pistorius. Son muchísimos los hombres y mujeres que a través del deporte muestran ejemplos asombrosos de superación. Y en los juegos paraolímpicos más aún. Este vídeo de hoy es un simple ejemplo de cómo el ser humano puede superar la adversidad, sea cual sea.