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Vestir bienVestir bien

La semana pasada hablé sobre el pavoneo a la hora de vestir. Hoy voy a hablar sobre su concepto complementario: el gusto (es decir, vestir bien).

Yo defino el gusto, como la capacidad de vestir haciendo que los demás te reconozcan inmediatamente como parte del grupo. Es, básicamente, una habilidad de integración. Pero claro, en cada tribu esto varía. No es lo mismo integrarse en Wall Street, que en el Tíbet.

 

El hortera (o la persona sin gusto, que no sabe vestir bien) no es más que alguien incapaz de integrarse en su grupo. Es, por definición, alguien que intenta entrar en una tribu sin éxito.

Si el gusto es lo que nos hace integraros en una tribu, el pavoneo es lo que nos hace destacar como los líderes dentro de esa tribu. Tienen que darse ambos. La forma de vestir de un líder tiene que ser un equilibrio entre estos dos conceptos.

Encontrar este equilibrio requiere un conocimiento tal de nuestra tribu y de los mecanismos psicológicos que operan dentro de ella, que sólo el hecho de saber vestir bien proyectando esto, ya indica que tenemos un potencial de adaptación muchísimo más elevado que cualquier otra persona de ese entorno. Y por eso las mujeres se fijan TANTO en la forma de vestir.

 

Vestir bien y la personalidad

 

En este sentido es muy interesante ver la relación que hay entre nuestra forma de vestir y nuestra personalidad. O lo que es lo mismo, entre nuestro Juego Interno y Externo. Cuando una persona viste mal, se pavonea mal (o no lo hace) y/o es percibido como “hortera” dentro de su entorno, es que algo FALLA en su Juego Interno. Sólo cuando estamos cómodos liderando; sólo cuando no nos importa destacar; y sólo cuando tenemos buena y profunda relación con la gente de nuestra tribu, podemos entender y aplicar estos dos conceptos.

Es por ello que la ropa es un medidor bastante fiable de cómo es una persona por dentro. Por la forma de vestir, catalogamos inmediata e inconscientemente a la gente. Esto es INEVITABLE y ocurre en todas las culturas del planeta. Nuestra apariencia despertará una serie de emociones y pensamientos involuntarios en las personas que nos rodean. Entender estas emociones y tenerlas en cuenta es algo fundamental para cualquier líder. Es una habilidad.

Una persona que viste bien y que sabe diferenciar qué ropa debe ponerse, cómo debe combinarla y cuándo debe ponérsela y cuándo no…está demostrando que tiene una capacidad superior de integración que el resto de las personas. En ese momento, esa persona está demostrando una gran HABILIDAD SOCIAL. Porque vestir bien es una habilidad social como cualquier otra. No es distinta de saber escuchar, ser asertivo, estar seguro de uno mismo o ser empático.

Vestir bien no significa vestir como todo el mundo. Todo lo contrario. De hecho estoy TOTALMENTE de acuerdo con la idea de pavoneo. Lo que estoy diciendo es que hay que saber cómo hacerlo. Y hay que hacerlo con gusto. Vestir bien depende más del gusto que del dinero o de “querer encajar”.

No encontraremos ningún líder de la historia de la humanidad que no tenga esta habilidad.

Podemos encontrar casos de gente que haya transgredido lo establecido fundando así una NUEVA tribu, con una nueva forma de vestir (estoy pensando desde John Lennon, hasta Adolf Hitler), pero aún perteneciendo a una nueva tribu…esos líderes son congruentes con esa forma de vestir y cuidan su imagen (gusto) haciendo que el grupo les vea como una referencia.

Por eso esto es TAN importante para una mujer. Ellas no saben por qué, pero la realidad es que una mujer se fija en TODO lo que lleva un hombre puesto. En todo momento está chequeando la congruencia y la capacidad de proyección social que tiene ese hombre en su forma de vestir.

El Juego Interno es lo más importante. Pero no hay que olvidar que cuando el Juego Interno es poderoso, el Juego Externo tiene que, necesariamente, ir en consonancia. Si no, es que algo falla.