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Como prometí, hoy inauguro una sección nueva en el blog. Dadas las muchas peticiones con respecto al tema de las herramientas para desarrollar una buena conversación, esta nueva sección se dedicará precisamente a eso…a dar algunas pautas para ser buenos conversadores. Y esto es algo que no sólo podremos utilizar con las mujeres, sino que nos servirá para cualquier interacción de nuestra vida.

Así que, comencemos.

El interés de una conversación no es algo objetivo. Es algo completamente subjetivo. Es decir, que varía en cada persona. Teniendo esto en cuenta…parece imposible acertar en el tema de conversación a elegir y a veces puede serlo.

Pero hay un truco que es infalible…a todo el mundo le gusta hablar de SÍ MISMO.

El tema de conversación preferido de cualquier persona es hablar sobre sí mismo. El error más frecuente que comete la gente cuando habla con otra persona es intentar hablar sobre él mismo, en vez de centrarse en hablar sobre la OTRA persona, que es la receta básica para caer bien y parecerle interesante.

Una persona que parece interesante normalmente NO lo consigue a base de realmente serlo…sino a base de conseguir que la otra persona se sienta interesante a su lado. Este matiz es importantísimo.

A una mujer no le vamos a parecer interesantes hablando de nosotros mismos…sino haciendo que ella se sienta importante e interesante a nuestro lado. Ya comenté en otro artículo la importancia de dar aprobación. Dar aprobación es una tarea fundamental de cualquier líder.

Alguien que regala aprobación es percibido como débil, pero alguien que da aprobación merecidamente es percibido como alguien de mucho valor. E impresiona mucho más escuchar y premiar a una persona porque nos cuente sus cosas…que hablar de las nuestras. Cuando hablamos una y otra vez de nosotros mismos estamos demostrando dos cosas:

  1. Nos sentimos inseguros y necesitamos sentirnos importantes buscando la aprobación de los demás…y mostrando “todo lo buenos” que somos.
  2. No tenemos inteligencia social alguna. La otra persona se aburre y ni nos damos cuenta.

Estos dos principios no solo valen para aplicarnos el cuento a nosotros mismos, sino también para interpretar a los demás. Cuanto más hable una persona de sí mismo, todo el rato…más débil, vulnerable y desastroso será su Juego Interno, porque una persona realmente poderosa no necesita impresionar a nadie ni hablar de sí mismo. Está muy por encima de eso.

Así que, la primera lección es: procura no hablar de ti mismo, habla de la otra persona. Interésate legítimamente por lo que la otra persona te está contando e intenta disfrutar de lo que todo ello puede ofrecerte. Haz preguntas que REALMENTE te interesen y céntrate en conseguir que tu interlocutor se abra a ti y te cuente sus cosas. Cada minuto que la otra persona esté hablando sobre sí mismo es un minuto de confianza que te estás ganando.

En los siguientes artículos iremos viendo matizaciones a este principio, pero de momento quedaos con la esencia principal.