Seleccionar página
Los hombres a menudo vivimos en castillos inexpugnables. Nos gusta sentirnos amos y dueños de una intimidad inquebrantable que ninguna mujer puede conocer. No mostramos debilidad, no nos abrimos.
Esa no es forma de vivir. Las mujeres tienen una enseñanza muy valiosa que ofrecernos: ser más humanos. La meta de esta vida siempre es y será ser feliz. Es imposible ser feliz si no somos compasivos, empáticos, cariñosos, cercanos, humildes, generosos, sensibles… Cuanta más coraza nos ponemos, más estamos cavando nuestra propia desdicha. 
Y admitámoslo, la pose de chulo, mostrar “valor” de forma altiva o una actitud fría y distante NO son rasgos masculinos, sino rasgos de una PROFUNDA inseguridad. 
La relación con las mujeres encierra un bello enigma: sólo se puede tener éxito con ellas cuando estamos realmente en armonía con lo que somos. Para mí, la relación con las mujeres nunca fue algo para ligar más, sino para ser el tipo de hombre que yo quería ser.
Ninguna mujer con opciones te querrá si no eres cariñoso, si no eres cercano ¿Tienes la valentía necesaria para no necesitar alardear delante de una mujer? Hay que estar muy seguro de uno mismo, para permitirse ser cercano y cariñoso.
No dejes que te líen la cabeza. No permitas que te nublen el juicio, el camino no está en ser un chulo, sino en ser una persona compasiva, humana, divertida y segura de ti misma. Ellas no quieren a un hombre arrogante, inseguro, inestable y con profundos problemas personales. Las mujeres no son así. Cuanto más feliz, estable y orgulloso de ti mismo estés… cuanto más capaz seas de tratar a todo el mundo con familiaridad, y de transmitir que no necesitas alardear para demostrar lo que vales… más atractivo serás.
Al final NO es tan complicado. Olvídate de resultados. Céntrate en crecer y, como dice Egoland, en seducirte a ti mismo.

Si te interesa saber más sobre mi forma de pensarvisita mi página web