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La semana pasada comentamos la importancia de aprender a saber qué es lo que la gente siente y no tanto lo que la gente dice o hace. Las emociones motivan las acciones y las palabras. No al revés.

Las acciones y las palabras, sólo deben servirnos para saber interpretar correctamente qué EMOCIÓN las mueve. Sólo de esta forma podremos entender y tratar a la gente de forma adecuada. Este enfoque no hay que olvidarlo nunca.

Teniendo esto en cuenta y puestos a elegir, si dudamos de las emociones de alguien y queremos confirmar qué está sintiendo… mucho antes que prestar atención a las palabras deberemos prestar atención a las ACCIONES. Especialmente cuando queramos entender a una mujer.

Lo que una persona dice suele tener muy poco que ver con sus verdaderas emociones. Como dice el Doctor House, la gente miente. Pero la mayoría de las ocasiones esto ocurre sin mala intención y sin que apenas nos demos cuenta, para evitar quedar mal con alguien, por no hacer sentir mal a la gente, por vergüenza, por miedo y por un sinfín de razones bastante lógicas que nos hacen intentar causar buena impresión a través de nuestras palabras. Así que, si hay algo a lo que NO tenemos que hacer caso cuando queramos conocer bien a alguien son sus PALABRAS. Por el contrario, sus acciones dirán muchísimo más de esa persona.

Como reza el dicho: las palabras se las lleva el viento. Las acciones, no. Las palabras no cuestan es fuerzo. Se pueden decir sin arriesgar, sin invertir y sin dedicar mucho esfuerzo. Así que, nunca sabremos si detrás de ellas hay realmente mucha o poca verdad. Pero las acciones ya son algo muy distinto. Las acciones requieren mucho más esfuerzo, así que, son bastante más fiables.

Si, por ejemplo, una chica nos dice que tiene mucho interés en conocernos, pero luego nunca “puede” quedar…. Lo más probable es que las acciones (el hecho de que NO está quedando con nosotros) nos den la pista correcta: que realmente no quiere quedar con nosotros. Si por el contrario, una chica se intenta hacer la interesante con nosotros, diciéndonos que de nosotros sólo quiere una amistad, pero luego, realiza grandes esfuerzos para quedar con nosotros, en situaciones que no iría con un simple amigo… ahí estaremos ante buenas noticias, porque lo más probable es que sí sienta algo por nosotros.

Las acciones siempre suelen contar más que las palabras.

Así que, recuerda, ante la duda, fíjate en lo que hace y no en lo que dice. Y siempre, siempre, siempre, dale prioridad a lo que ella puede estar sintiendo.