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no es lo mismoVoy a intentar decirte cosas concretas y realistas de una vez. No todo vale para todo el mundo. Plantéate que la mitad de lo que has leído no funcione contigo. O al menos no de forma literal. Eso es, precisamente, lo que hace que este tema sea tan complicado.

Hay que plantearse que el ser alto o bajo, por ejemplo, puede cambiarlo todo. Ahora lo escribo y me digo a mí mismo: Álvaro, menuda perogrullada. Pero luego lo analizo y no conozco a nadie que tenga esto en cuenta. Aún no he conocido a nadie bajito que me admita yo no puedo hacer esoporque no intimido por mi altura, tengo que ir más fuerte“. Y tampoco he conocido a nadie que me diga “yo no puedo entrar tan a saco porque soy alto e impongo mucho a una mujer de primeras“. Y ese tipo de frases, tan evidentes para cualquiera que no lea sobre “seducción”, parece que se nos han ido de la cabeza de tanto leer. El sentido común está sepultado por miles de libros y teorías. Error que debemos subsanar o intentar evitar.

No todo funciona para todo el mundo. Básicamente hay gente que impone por su físico y otra que no. Tienes que saber en qué grupo estás. Si eres un tío que impone, empieza con “protección”. Midiendo dos metros y llevando tatuado todo el cuerpo, ese es tu pilar. Está claro. Si eres como yo, bajito, delgado… tienes que jugar muy fuerte la sexualización, la contra… echar en la interacción muchos más “huevos” de la cuenta.

Pero no sólo hay que tener en cuenta tu fisonomía. También puedes imponer a una chica por tener mucho valor social. El DJ de una discoteca tiene que actuar muy parecido al chico de los tatuajes. Un empresario de éxito también.

Hay que intentar saber quién eres y dónde estás. Y hacer un esfuerzo por entender cómo te percibe la otra persona.

Al final hay que transmitir los Tres Pilares (acuérdate de que son: hacerla sentirse deseada, hacer que te perciba con una realidad poderosa y hacer que se sienta protegida). Un hombre enorme con tatuajes es una realidad poderosa con patas. Ese no es el pilar que tiene que cubrir con su actitud. Tiene que centrarse en cuidar de ella, hacerla sentirse a gusto. Un tío pequeñito, en cambio, es algo adorable… es la protección en persona… Ahí tiene que jugar los otros dos.

Y así con todo. El listo va muy sobrado en realidad poderosa, la persona menos inteligente tiene que compensarlo de otra forma. El hablador goza de atención, el callado tiene que crearla… Si tienes valor, si impones o impresionas de inicio, tienes que reducir la “contra”. Y si no tienes esa pegada inicial, tienes que compensarla con actitud.

El equilibrio. Esa es la clave. Se trata de que equilibres tu personalidad jugando con esas tres cosas y que al final, ella vea en ti los Tres Pilares.

Todo lo que has leído puede que de repente te haga “click” si eres capaz de combinarlo con esto.

 

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