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Hoy voy a hablar de un punto muy importante que tenemos que tener en cuenta a la hora de cuidar y proteger a una mujer.

Algo que tenemos que saber hacer es dirigir la situación cuando pase algo mal o cuando la chica con la que estamos tenga un problema.

Ya dijimos que el romance, realmente consiste en cuidar y proteger a la otra persona. La mujer no necesita que el hombre esté constantemente encima suyo pero sí que necesitará, en momentos puntuales, que estemos ahí para protegerla, animarla, cuidarla y ocuparnos de los problemas.

En esos momentos puntuales y cuando veamos que ella está ante un problema que no puede/sabe solucionar sola deberemos dirigir nosotros la situación y encargarnos de todo.

Veamos algunos ejemplos:

  • Estamos andando por la calle y por su lado de la calle viene un hombre que la mira mal y va bastante borracho…nosotros la cogemos por la cintura, la cambiamos de lado (para que el hombre venga por nuestro lado) y nos mantenemos abrazados a ella por la cintura hasta que el hombre pasa.
  • Ella nos cuenta un problema y se pone muy triste. Nosotros la agarramos suavemente, la abrazamos, le damos un besito en la frente. Le decimos que todo va a salir bien, que no se preocupe. Le damos mucho cariño durante un rato y la ayudamos a buscar soluciones al problema. Una vez hecho eso, le decimos que vamos a invitarla al cine a ver la película que ella quiera para que se despeje. No se trata de arreglarle todos los problemas, sino de dirigir la situación y ayudarla a estar bien. En esos momentos ella necesita que nos encarguemos de las cosas.
  • En una discoteca, estando con una chica con la que nos vemos con frecuencia, un chico se pone a molestarla y ella no sabe cómo reaccionar. Nosotros entramos en escena educadamente. Cogemos sutilmente la mano de la chica, nos ponemos entre el chico y ella…y nos ponemos a charlar con el chico. No hace falta ser violento. Estamos tranquilos en todo momento, pero somos nosotros los que tomamos la iniciativa y dirigimos la interacción para que todo vaya bien.
  • Llegamos a un restaurante y hay mucha cola. Nosotros, en seguida, proponemos otro sitio que hay al lado y que está igual de bueno.

Es decir, que una de nuestras funciones es resolver problemas. Eso se nos da muy bien a los hombres. Cuando estemos con una chica que tenga un problema y veamos que se queda sin saber muy bien qué hacer, debemos meternos en el problema y dirigir la situación.