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Creo que merece la pena analizar un poco la diferencia entre estudiar y leer. Sé que a mucha gente, cuando escucha la palabra “estudiar”, le viene a la mente su época aburrida, frustrante y poco social de cuando estudiaban obligados de jóvenes. Pero yo no me refiero a esa acepción del término. Para mí estudiar es:
“El proceso mediante el cual hacemos que un conocimiento se convierta en habilidad.”
Es decir, que estudiar no es otra cosa que interiorizar un conocimiento, haciéndolo nuestro y siendo capaces de utilizarlo en la práctica con un alto nivel de ejecución. No es lo mismo leer un libro de conducción que conducir, no es lo mismo leer un libro de gramática inglesa, que aprender inglés… y no es lo mismo saber sobre artes marciales, que  pelear bien.
Tampoco es lo mismo leer sobre dinámicas sociales, que ser un gran conversador y alguien con una personalidad magnética.
Cualquier cambio sustancial y sostenible en la mente requiere “estudio”. Y ese estudio, en mi opinión, debería constar de las siguientes fases:
1- Lectura. No podremos mejorar si no leemos una teoría nueva que nos ofrezca un nuevo paradigma y nuevos conceptos que trabajar. Si haces lo de siempre, y no amplias tu conocimiento, obtendrás lo mismo de siempre.
2- Comprensión. No sólo es importante “leer”. Es fundamental entender lo que estamos leyendo. Y esto no es nada obvio. No es fácil entender realmente las cosas. ¿Podrías, por ejemplo, definir a la perfección el concepto de nega sabiendo desarrollar totalmente el término y poner varios ejemplos de cuándo sería un nega y cuándo sería simplemente un insulto? No es tan sencillo de comprender, te lo aseguro. Todos los conceptos importantes requieren varias re-leídas para ser compredidos realmente.
3- Practicar. Estudies lo que estudies, si no lo practicas, se olvida. La práctica es lo que hace que un conocimiento pase de ser algo “externo”, a ser algo interno, automatizado. Esa automatización es lo que todos perseguimos y solo se consigue con la práctica.
4- Comprobación. Al practicar debemos poder comprobar cosas y analizar qué funciona y por qué. Tendremos que cotejarlo con la teoría para saber cuándo algo está funcionando y cuándo no.
5- Repaso. Una vez hecho eso, habremos de repasar de nuevo la teoría y ver si todo está correcto, si estamos andando por el buen camino y si recordamos todo lo importante.
Es por ello que tanto leer como practicar son dos actividades fundamentales. Pero al mismo tiempo, ninguna de ellas es suficiente, por sí sola, para generar verdaderos cambios en la mente. Lectura y práctica. Sólo juntas surten efecto.
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