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En el artículo del lunes pasado hablé del Tercermundismo Sexual, y de cómo arrastramos en nuestra vida una constante sensación de escasez que hace que veamos a las mujeres como un hambriento ve la comida.

Proyectar esa necesidad es algo nefasto a la hora de interaccionar con chicas. Y es algo que se aplica a TODAS las fases de la interacción. Que una mujer atractiva nos interese, nos despierte curiosidad o nos llame la atención es NORMAL. Que una mujer atractiva nos encante y queramos tener sexo con ella antes de conocerla, por el simple hecho de que sea atractiva es NECESIDAD. Esta matización es importantísima.

La diferencia entre interés y necesidad es MUY pequeña.

Interés es cuando yo tengo curiosidad por conocer a una persona que me ha llamado la atención por algo.

Necesidad es cuando una mujer me vuelve loco sin conocerla de nada, por el simple hecho de ser atractiva.

El problema de todo esto es que la mujer lo va a notar. Las mujeres están genéticamente preparadas para diferenciar el interés de la necesidad y en cuanto noten necesidad, sus alarmas sonarán y empezaremos a perder puntos, hasta llegar a la descalificación total.

Que una mujer esté “buena” o sea atractiva NUNCA debe ser suficiente para gustarnos. Esto es MUY frusco. Un hombre con opciones jamás se conformaría sólo con eso. Que sea una mujer interesante, educada, inteligente, con estilo, agradable, buena persona, etc. son rasgos que nos tienen que importar igual o más que el simple hecho de que sea atractiva.

Si esto es importante con las mujeres normales…con las mujeres muy atractivas es aún MÁS importante, porque TODOS los hombres se ven deslumbrados por su belleza y no ven más allá. La mejor forma de conseguir conectar con una mujer muy atractiva es, realmente, demostrar de forma legítima que el hecho de que sea muy atractiva es sólo un rasgo de muchos…y que tenemos un interés real en saber si es una mujer que merece la pena a nivel personal.

Es decir que las tratemos COMO PERSONAS.

Da igual si estamos haciendo directo o indirecto, porque lo importante no es lo que hacemos sino por qué lo hacemos. Lo único que importa es que nuestras emociones sean las adecuadas. Yo me puedo acercar a una mujer y decirle sinceramente que me ha llamado la atención y que vengo a conocerla y a descubrir si es una mujer interesante. Si realmente me he acercado por eso…estoy transmitiendo muchísimo valor.

Recomiendo a todo el mundo que lea y estudie a Egoland, que tiene un trabajo interesantísimo sobre el método directo aplicado bajo este prisma.

Además, la mujer no sólo va a notar si entramos por necesidad o no, sino que nos va a poner pruebas para comprobarlo. Y esas pruebas son infalibles. Al cabo de un rato ella sabrá EXACTAMENTE nuestro nivel de necesidad y nuestra congruencia. Así que más vale tener las emociones correctas.

En el artículo del lunes siguiente veremos algunas claves para conseguir tener esta sensación de abundancia selectiva a la hora de hablar con una mujer que haya despertado nuestro interés.