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Minicursillo de Tapping (EFT). 5- El “Valle Emocional”

Otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de hacer Tapping es lo que yo llamo el “Valle Emocional”. Este concepto hace referencia a que cuando estemos haciendo una sesión de Tapping nuestras emociones van a variar mucho: al comienzo de la sesión estaremos bien, a medida que avancemos en los aspectos empezaremos a tener nuestras emociones en su máxima intensidad (tristeza,ira, frustración, miedo, etc.) y al terminar la sesión nos quedaremos aliviados y algo mejor que al empezar.

Es decir, que nuestras emociones atravesarán una especie de “Valle”, empezando muy bien al principio, estando tristes y raros durante el proceso y acabando mejor que al empezar. Si, por ejemplo yo empiezo estando en un 7 sobre 10 de estado de ánimo (donde 10 es genial y 0 fatal) lo normal sería lo siguiente: empezar en 7, ir bajando a 4 o 3 durante la sesión, empezar a remontar y acabar en 8 o más.

Si analizamos esto mismo desde el punto de vista de la intensidad de las emociones (lo que se dijo en el artículo anterior, habría que puntuarlo al contrario (10 es la intensidad máxima de la emoción y 0 es la ausencia de emoción): empezando con la emoción en un 6 sobre 10, hacer que durante la sesión esa emoción se viva con una intensidad de 9 o 10 y terminar con la emoción por debajo de 4.

Como habrás podido observar, las emociones varían mucho más de intensidad que el estado de ánimo general. Esto ocurre porque el estado de ánimo general es el conjunto de MUCHAS emociones juntas, con lo cual, la fluctuación general, es menor.

Entender el concepto de “Valle Emocional” es importante por dos motivos:

  1. Porque si no entendemos esto, cuando estemos en la zona inferior del “valle” (estando tristes, con miedo o lo que sea) podemos asustarnos y pensar que vamos a acabar peor de lo que empezamos. Lo cual es TOTALMENTE falso. El tapping NUNCA deja peor que al empezar, es sólo una fase transitoria. Es importante estar tranquilo y entender que la zona baja del “valle” es algo normal del proceso.
  2. Hay que seguir haciendo Tapping hasta que estemos, como mínimo, igual de bien y animados que al empezar la sesión. Es decir, que si al empezar la sesión estábamos en un 8 de animados (siendo 10 genial y 0 fatal), al terminar deberíamos estar en 8 o más. Si paramos a mitad, cuando estamos en un 4 de estado de ánimo (el punto bajo del valle), corremos el riesgo de quedarnos varias horas en un estado de ánimo raro y un poco de bajón, hasta que el cerebro cambie de estado de nuevo.

En este sentido, esto es como si yo empiezo a limpiar una casa, saco todos los trastos al pasillo, quito todas las sábanas, saco todos los productos de limpieza, empiezo a levantar polvo….y de repente un amigo me llama para ir al cine y lo dejo todo a medias. A largo plazo, la casa no está peor. Pero a corto plazo: he levantado polvo, lo tengo todo patas arriba, es todo incómodo para vivir, etc. Si empiezo a limpiar una habitación, merece la pena terminar el trabajo. No voy a hacer toda la casa en un día, pero lo que haya empezado ese día, es importante terminarlo.

Con una sesión de Tapping ocurre lo mismo. Si nos ponemos a limpiar cosas es importante seguir hasta el final y no agobiarse. Sigue hasta que pases el “Valle Emocional” y estés mejor que al comenzar.

El estado de ánimo

Nuestro cerebro funciona por estados de ánimo. Cuando estamos contentos, todo nuestro cuerpo recuerda cómo tiene que sentirse al estar contento. Sonreímos, nos relajamos, nuestra mente nos da ideas brillantes y nos permitimos disfrutar. Todo fluye. Cuando sentimos peligro, nuestro cuerpo se pone alerta, se bloquea, evita el contacto, busca la huída y se centra en sobrevivir.

La mente refuerza lo positivo y refuerza lo negativo. Nuestro cerebro es una máquina que está pensada para evitar el dolor y ayudarnos a obtener placer. Esto hace que cuando aparece un peligro, nuestra mente nos avise, en forma de miedo.

Está demostrado que el cerebro aprende un 30% más si se está disfrutando con la actividad, que si no. Si a mí me interesa y me apasiona lo que estudio, mi cerebro será una esponja. Si lo que estudio me parece aburrido, mi cerebro se bloqueará, se desconcentrará, etc.

Si yo disfruto al interactuar con mujeres, mi cerebro se va a relajar y me va a hacer funcionar a máxima eficiencia, sacando lo mejor de mí y poniendo en juego todo mi potencial. Si, por el contrario, estoy sufriendo, me estoy aburriendo, o estoy ansioso por obtener resultados, mi mente se va a preocupar de boicotearme, para evitar el dolor.

Todos tenemos alguna experiencia en la que, sin saber cómo, estábamos “sembrados”, tremendamente brillantes y todo salía como a “pedir de boca”. Ese día en el que “todo fluía” y que sabíamos perfectamente lo que teníamos que hacer.

Quizá ese día no teníamos tanto nivel como un seductor profesional, pero sí que estábamos en el máximo nivel posible dados nuestro conocimiento, experiencia y capacidad. Lo importante no es ser el mejor, sino ser nuestra mejor versión.

Y si controlamos nuestros estados de ánimo, nuestras habilidades se incrementarán exponencialmente.

Hay que empezar a plantearse que igual de importante que leer, saber y tener experiencia, lo es el empezar cada noche con un estado de ánimo buenísimo y con la energía alta.

Antes de salir… salta, ponte tu canción preferida, estrena tu camisa nueva, péinate como si no hubiera un mañana, baila, dedica unos minutos a decir tonterías y chistes a tus amigos, habla con todo el mundo, diviértete y céntrate en disfrutar de la vida al máximo en todos sus detalles. Si empiezas así cada noche…cada día…tu cerebro hará de ti la persona más brillante que jamás hayas conocido. Si no, hagas lo que hagas, tu cerebro te boicoteará.

Así que, merece la pena plantearse si queremos tener a nuestro cerebro ayudándonos o boicoteándonos…Con nuestro cerebro de nuestra parte…no hay límite.

Y todo merecerá la pena.

Minicursillo de Tapping (EFT). 4- Puntúa las emociones

Una parte importante del Tapping consiste en aprender a puntuar la intensidad de las emociones. Esto nos va a permitir, por un lado, saber más acerca de nosotros, porque seremos conscientes de que tendremos áreas de nuestra vida que serán mucho más dolorosas que otras. Y, por otro lado, nos va dar la información necesaria para saber si estamos progresando y consiguiendo que la intensidad de los problemas bajen.

Para ello, puntuaremos la intensidad de las emociones de 0 a 10, donde 0 es la ausencia de la emoción y 10 es la emoción en su máxima representación.

Si, por ejemplo, estamos enfadados con nuestro jefe…en una puntuación de 10 estaríamos sintiendo un odio profundo con una agresividad tremenda que nos daría ganas de pegarle y un 0 sería una total sensación de tranquilidad. Si tenemos un enfado medio, lo normal sería sentir la emoción de la ira con una intensidad de 8, pero lo que estamos buscando una vez finalizada la sesión es conseguir que esa emoción baje a 0. O que, por lo menos, esté por debajo de 4, que es el límite a partir del cual las emociones son llevaderas y “suaves”.

Pero claro, si yo no puntúo la emoción desde un principio, será imposible que pueda ver si el Tapping está funcionando y si voy progresando a la hora de bajar la intensidad de esa emoción. Por eso es tan importante puntuar las emociones antes de hacer la ronda de cada frase.

Lo normal es que, al final de la sesión de Tapping, esa emoción haya bajado mucho de intensidad. Y si no mucho, por lo menos un 20 o 30%. Lo cual es más que válido, sobre todo para alguien que empieza y aún no tiene mucha práctica con la técnica.

Lo que hay que tener en cuenta es que “las frases” que hacemos con Tapping no son “las emociones”. La frase que yo utilice es sólo un recurso para traer la emoción, pero ya dije en el artículo de la semana pasada que la frase no tiene que ser lógica ni exacta, sino que simplemente tiene que ayudarme a entrar en estado emocional. De esta forma, la frase “Mi jefe es idiota” traería la emoción de “Ira” o “enfado”, con lo cual, a la hora de puntuar la intensidad de esta frase, habría que puntuar la intensidad de enfado que nos provoca, no la de la frase en sí. No hay que cometer el error de pensar que tenemos que puntuar cómo de idiota es nuestro jefe, en una escala oficial y objetiva de 0 a 10.

También se puede hacer Tapping con las creencias, en cuyo caso, puntuaríamos la convicción con la que creemos que “nuestro jefe es idiota”, pero NUNCA se trataría de puntuar algo objetivo, sino siempre algo subjetivo.

Es decir, que se trata de puntuar nuestra percepción de la situación y la intensidad de la emoción, nunca de la situación en sí. Y aunque, nosotros sepamos que nuestro jefe, objetivamente, no es imbécil, da igual, porque esa frase, para nosotros tiene carga emocional y eso es lo único que debe importarnos.

Igualdad y Equivalencia

Los seres humanos no somos iguales. Somos equivalentes, que no es lo mismo.

Un dólar es equivalente (a día de hoy) a 0’70 euros. No es IGUAL, a 0’70 euros. Y no es igual porque si fuera igual, yo podría irme a un pueblecito de Cuenca y pagar el papel higiénico en dólares y NO puedo. Del mismo modo que tampoco puedo comprar una tostadora con Euros en Wisconsin. Es equivalente en el sentido de que, en teoría, después de una conversión…y tomando algunos valores de cambio de referencia, al final los valores numéricos de equivalencia son esos.

¿Qué tiene igual un hombre a una mujer? Nada. ¿Qué tiene equivalente? Casi todo.

De igual forma que un sueco no tiene NADA igual a un chino. Ni su cultura es igual, ni su genoma es idéntico, ni su nivel de vida es parecido, ni tienen la misma cultura, ni piensan del mismo modo, ni sienten las mismas cosas, ni se comunican con los mismos símbolos, ni tienen el mismo tipo de entorno, etc. Es decir, son totalmente distintos. Totalmente desiguales. Pero en rasgos generales, y tomando algunas medidas de conversión sí que son EQUIVALENTES:

De alguna forma, su cultura promueve, al final cosas parecidas a las de Suecia.
Cuando se enamoran, de cierta forma y eventualmente, tienen sentimientos parecidos (aunque no iguales).
Pese a hablar idiomas distintos, la mayoría de sus palabras (aunque no todas) se refieren a las mismas cosas.
Aunque genéticamente tengan rasgos, genes y enfermedades TOTALMENTE distintas, el cuerpo humano de ambas regiones es parecido, tiene muchas cosas en común y funciona de forma parecida en lo esencial.
Etc.

Pero no hace falta irse a China. En nuestro mismo país y en nuestra mismo vecindario tenemos el mismo fenómeno. Nadie puede ser igual a nadie, sólo podrá ser equivalente. Sé que no es políticamente muy correcto decir que la mujer no es igual al hombre. Pero NO lo es. Por muy poco políticamente correcto que sea, NO LO ES. Es equivalente, de la misma forma que un chino es equivalente a un Sueco. Eso sí, como intentes hablar con el sueco en chino, vas apañado.

Que el hombre no sea igual a la mujer no quiere decir que sea superior. Simplemente quiere decir que prácticamente NADA de la vida de un hombre, va a ser igual ni se va a sentir igual de cómo lo siente una mujer. Y esto hay que entenderlo totalmente. Las necesidades que tienen ambos son TOTALMENTE distintas. Esto se dice a menudo, pero nadie entiende la profundidad de lo que esto significa.

Una de las mayores premisas que tiene la sociología es que para generar la igualdad entre hombres, hay que ofrecer un sistema desigual, porque sólo la desigualdad, compensa la desigualdad. Pondré un ejemplo.

Si quiero que todos los niños tengan acceso a la educación, la forma de conseguirlo es siendo muy desigual en las facilidades: dando muchísimas más facilidades a los niños pobres que a los niños ricos. ¿Esto es políticamente correcto? No mucho, especialmente si los padres de los niños ricos, son los que subvencionan al político. Pero es la única forma de que el sistema educativo fuera justo.

Para que una mujer sea feliz, ¿hay que ofrecerle, a nivel existencial, lo mismo que a un hombre? Jamás. Esa sería la mejor forma de hacerla desgraciada. Y lo mismo ocurriría con los hombres. Tenemos necesidades TAN distintas que aún no he encontrado ni un solo ejemplo de armonía entre hombres y mujeres en los que ambos se comporten de forma igualitaria, haciendo los mismos roles. Esto no puede ser. Y todo lo que vaya en esa dirección, garantiza el fracaso de la relación.

En teoría, sé que muchos saben esto…pero el problema es que lo aplican con MIEDO. Si queremos tener éxito, tendremos que aplicar estos principios con mucha seguridad y, a veces, de forma muy extrema. Especialmente con una mujer joven que tenga MUCHAS opciones.

O dicho de otra forma, si somos chinos y queremos triunfar en Suecia, más vale que entendamos que los suecos tienen necesidades COMPLETAMENTE distintas a los chinos. En su mundo no hay NADA que sea “igual”. Como mucho, será equivalente.